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El dilema de la elección
En el mundo actual, cuando los estudiantes terminan el colegio, se enfrentan a una encrucijada crucial: elegir una carrera. Este proceso puede ser abrumador, ya que la presión social, familiar y personal juega un papel significativo.En este contexto, muchos estudiantes se sienten arrasados por la necesidad de tomar una decisión que marcará el rumbo de sus vidas. Algunos optan por carreras que consideran las mejores en términos de prestigio o expectativas familiares, mientras que otros eligen en base a lo que creen que podría gustarles, y en muchas casos solo para descubrir más tarde que no es lo que esperaban.La falta de madurez y autoconocimiento
Una de las principales dificultades en esta etapa es la falta de madurez suficiente para conocer a fondo sus intereses, fortalezas y debilidades. En este sentido, los jóvenes a menudo no han tenido tiempo de explorar todas sus capacidades y descubrir en qué áreas destacan o en cuáles necesitan mejorar.
Habilidades blandas, que hemos mencionado en artículos anteriores, juegan un papel esencial en este autoconocimiento. Por ejemplo, un estudiante puede tener una aptitud natural para las matemáticas, pero le falta habilidad en comunicación, o viceversa.
Otra de las influencias externas, como las tradiciones familiares, también impactan en esta decisión. Es común que en familias de doctores o abogados, los jóvenes se sientan inclinados a seguir los pasos de sus padres, incluso si no es lo que realmente desean.
Además, el estatus asociado a ciertas profesiones puede empujar a los estudiantes a elegir carreras que perciben como más prestigiosas, como medicina en lugar de enfermería, sin considerar sus verdaderos intereses y vocación.
Hay que ser conscientes que no hay mejores o peores carreras. Solo estudiantes que tienen mejor desempeño en una u otra según una serie de actitudes y aptitudes singulares para cada persona.
El impacto de las pruebas de ingreso y recursos disponibles
Además del autoconocimiento y de la presión social-familiar, el sistema académico como institución calificadora y normalizadora interfiere.
Las pruebas de ingreso a universidades públicas, sobre todo, también juegan un papel crucial. No obtener el puntaje necesario a menudo obliga a los estudiantes a optar por la carrera que esté disponible, lo que puede no alinearse con sus pasiones.
Aquellos con más recursos económicos, quizás, tienen la posibilidad de explorar varias opciones, ir de turistas pasando de carrera en carrera, hasta encontrar la adecuada. Pero quienes carecen de esta fortuna se ven obligados a continuar en una carrera que no les satisface, simplemente porque no tienen otra opción.
La realidad de las carreras universitarias
Por último, incluso cuando se elige una carrera con entusiasmo, la realidad puede ser distinta a las expectativas. Cada carrera tiene componentes muchos de los cuales no pueden interesar tanto al estudienta, pero son necesarios para obtener una formación integral.
Por ejemplo, en una carrera de comunicación, se pueden encontrar materias tan diversas como investigación, marketing y diseño digital. Este enfoque generalista, aunque esencial, puede resultar frustrante para aquellos que tienen cierta inclinación por una materia.
En conclusión, la carrera perfecta no existe porque la elección de una carrera está influenciada por múltiples factores internos y externos. Lo importante es que los estudiantes se tomen el tiempo necesario para conocerse a sí mismos y explorar sus verdaderos intereses antes de tomar una decisión que impactará sus vidas como de quienes les rodean a mediano y largo plazo.